29 de octubre de 2017

The PhotoPerformer | Manuel Vasón en México

The PhotoPerformer

La  cámara fotográfica es un dispositivo suicida que se dispara a sí mismo, con el claro objetivo de atrapar la realidad, para entonces devolvernos lo que no vemos, justo ese presente que siempre se nos escapa, envuelto a veces en poesía y otras veces en crudeza. Y el fotógrafo, digamos que es un francotirador que dispara contra todo, excepto contra sí mismo; no porque no pueda, sino porque ‘piensa’ que no puede. Por otro lado, el performer, es una bala inocente y polisémica que se dispara sola, hiriendo a quienes observan sin siquiera tocarlos, puesto que ya están heridos. Pero cuando la cámara fotográfica, la fotografía, el fotógrafo y el fotografiado, por llamar de otro modo al posible performer, se entrecruzan y son puestos en escena, no hay teoría que pueda explicar dicho fenómeno, pero sí una práctica artística que lo ponga en acción y que se explica en sí misma. 

Este complejo enredo fenomenológico y escénico es lo que provoca Manuel Vasón con su proyecto artístico llamado The PhotoPerformer, el cual le ha permitido vincular la coreografía latinoamericana, el espacio público, el tiempo real y la improvisación, entre otras delicias del ámbito de lo escénico, para propiciar una experiencia estética abrumadora, densa y problemática, aunque lúdica y sorprendente, dado que los parámetros comunes de interpretación y los paradigmas representacionales son puestos en un juego que nos obliga a repensarlos con frescura.

El Centro de Producción de Danza Contemporánea (CEPRODAC) tiene entre sus objetivos expandir el imaginario de lo que es la danza contemporánea en México, fungiendo como mediador de proyectos que no solo cruzan los límites disciplinares, sino que se insertan en un territorio transdisciplinar que permite a comunidades no artísticas relacionarse con el arte de un modo cada vez menos convencional, poniendo ante su mirada y en sus espacios cotidianos, dispositivos artísticos contextualizados que hacen estallar sus emociones y su inteligencia, revelando nuevos modos de convivencia, que nos permitan re-imaginar las cualidades humanas de nuestra sociedad.

La propuesta de Manuel Vasón es un claro ejemplo de la expansión aún posible en el campo de lo fotográfico como arte de acción; el cual espero sea considerado por la comunidad de la danza contemporánea, como un referente de emancipación y expansión urgente para la escena dancística, y también social, de nuestro país.

Eleno Guzmán Gutiérrez
Director Ejecutivo del CEPRODAC

Texto escrito para la introducción del libro "Perderse juntos". Coordinado por Hayde Lachino.
Link al libro completo: https://issuu.com/danzatextual/docs/perdidosjuntos_v2/8

18 de abril de 2017

De la serie: #bailemos | Bailar, es una clara muestra de amor propio.


Bailar, es una clara muestra de amor propio. #bailemos

Bailar es en sí mismo un acto de amor propio. Levantar el cuerpo de la silla es permitirse el encuentro con uno mismo y entrar en conexión con otras sensibilidades; es entablar un diálogo íntimo con la música o un diálogo colectivo con la multitud en una fiesta. Bailar es permitirse ser eso que no necesitamos confirmar, pues bailar es el cuerpo puesto en acción, es el libre albedrío tomando forma en movimientos inciertos, espontáneos e improvisados. Bailar es bailar. Nada se compara con esa sensación de libertad que nos conecta con nosotros mismos.

Por eso me atrevo a decir que bailar es una clara muestra de amor propio, porque el amor por uno mismo se revela en cada paso, pues cada paso es una decisión compleja equilibrada por la mente y el cuerpo, dándole forma humana a la emoción. Bailar es quererse más en cada instante, es amor que se suda, amor con ritmo.

Por eso y por otras razones, te invito a que: #bailemos.

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